Por:
Cristian Daniel Sidotti
Profesor de Educación Física
cdsidotti@hotmail.com
La fatiga ha sido definida como la disminución de
la capacidad para generar fuerza máxima y/o potencia máxima, independientemente
de que pueda ser mantenida o no la intensidad del esfuerzo (1). La misma podría
ser identificable y cuantificable durante un partido de fútbol.
Desde el punto de vista funcional la fatiga puede
ser central o periférica. La
primera ocurre en el sistema nervioso
central dándose en uno a más niveles de las estructuras nerviosas que intervienen
en la actividad física. Este tipo de fatiga se ha relacionado al desequilibrio
de aminoácidos, generando la alteración en la síntesis y la actividad de
algunos neurotransmisores como la serotonina y dopamina .(2)
La fatiga periférica ocurre en el músculo y ha sido
asociada, por un lado, a la incapacidad de mantener el potencial de acción
disminuyendo la función neuromuscular, donde se dan alteraciones en el proceso
de contracción relajación debido a cambios en las concentraciones de Calcio.
También la disminución de glucógeno muscular ha sido relacionada con la fatiga
periférica (2).
De acuerdo al tiempo de aparición de la fatiga esta
puede clasificarse en aguda, sub aguda o crónica (3). La fatiga aguda es la que
se da durante y/o después de de la sesión de entrenamiento o competencia,
provocando un deterioro en el nivel del deportista (4).
El fútbol es un deporte con un componente técnico-
táctico importante donde la toma de decisión juega un rol central. Teniendo en
cuenta esto, Las alteraciones en el
rendimiento físico, como puede ser la disminución de carreras de alta
intensidad hacia el final del partido, no serán los únicos indicadores de
fatiga.
Para conocer las probables causas de fatiga en el
futbolista es necesario, en principio, conocer la naturaleza del deporte, para
luego analizar algunos datos que surgen
como necesidad de conocer el tipo de acciones y esfuerzos físicos que realiza
el futbolista durante la competencia. Esto permite abordar de manera eficaz
tanto el entrenamiento para evitar la fatiga como la aceleración de los
procesos de recuperación de la misma.
En cuanto a la distancia recorrida fueron
analizados 432 jugadores de elite durante la Eurocopa 2008. Los datos arrojaron
que la media de la distancia total cubierta oscila entre 7645 y 12743 metros
sin considerar ningún puesto específico. Los jugadores recorrieron mayor
distancia en el primer tiempo que en el segundo, sin embargo esto podría estar
relacionado al tiempo efectivo de juego, ya que durante la segunda parte de los
partidos el tiempo neto de juego es menor. Gran parte de esta distancia es
recorrida caminando o a bajas intensidades (5).
Con respecto al puesto de cada jugador se concluyó
que no hubo diferencia significativa con
respecto a las distancias recorridas a baja intensidad, pero en altas
intensidades fueron los delanteros laterales y los medicampistas carrileros los
que mayores distancias recorrieron (6).
Otro estudio (7) analizó la velocidad a la que se
desplazaron 440 futbolistas de la liga Inglesa. Lo destacable es que solamente
se realizaron 397-738 metros a velocidades entre 19.1 -23 km/h y 215-446 metros
a velocidades mayores a 23km/h. Sin embargo está estadística no es lineal, ya
que la distancia fue realizada con distintos desplazamientos laterales,
retrocesos, diagonales y frontales. Además aunque el porcentaje del total de
metros recorridos a alta velocidad es poco no debería subestimarse su gasto de
energía ya que distintos movimientos como giros, saltos, cambios de dirección,
frenos, aceleraciones, cambios de paso del cuerpo se vieron involucrados en
estas distancias.
Otro dato interesante es que solamente entre 119 y
286 metros del total de la distancia cubierta por los jugadores fue con balón. Esta estadística permite conocer que el
futbolista realiza mas acciones sin pelota que con ella, entre los que se
destacan desmarques, búsquedas de espacios vacios y relevos.
Los desplazamientos a grandes intensidades en su mayoría
son menores a 10 segundos y la media de la pausa que incluye caminata y trote
llegan a 60 segundos. Esto indicaría una relación trabajo pausa de 1/6, aunque
en ocasiones podría darse situaciones explosivas continuadas con pausas
incompletas, es decir cuando las pausas son cortas.
Estas estadísticas podrían explicar en parte
ciertos momentos en el partido donde la intensidad de los jugadores disminuye. Sin
embargo, varios autores (8) mencionan que el
descenso en la actividad física durante un partido no tiene como único
componente el factor fisiológico, ya que además en el fútbol dominan los
factores tácticos y estratégicos, por lo tanto sería razonable considerar que
las variables situacionales (localización del partido, marcador parcial, nivel
del oponente) pueden influir sobre el rendimiento físico.
Por
ejemplo se ha demostrado que la aparición de un gol provoca de forma inmediata
una reducción en la intensidad del juego del equipo que anotó el tanto. Se ha encontrado un descenso del 12% del rendimiento
en los cinco minutos posteriores a un periodo de alta intensidad en el juego,
sugiriendo que el equipo que anota un gol puede relajarse debido a su ventaja
en el marcador (9).
se analizaron 27 partidos del futbol profesional de
la primera división de la liga española concluyeron que los jugadores recorren
menos distancia a alta intensidad (>19.1km/h) cuando su equipo iba ganando
que cuando estaban en desventaja. También la distancia recorrida a baja
intensidad (<14 .1km="" cuando="" de="" en="" equipo="" es="" h="" juega="" local="" mayor="" o:p="" que="" un="" visitante="">14>
Los equipos que van ganando reducen la intensidad
de su actividad permitiendo que sus oponentes tomen la iniciativa del juego
(10).
Para
cuantificar la carga interna en el fútbol se han utilizado varios métodos como
el registro de la frecuencia cardiaca, el lactato o el consumo de oxígeno (11).
Otra
manera de obtener una impresión de las demandas fisiológicas en fútbol es
determinando la capacidad física de jugadores de elite. El consumo de oxígeno
máximo para jugadores de elite es aproximadamente 60 ml.min.kg para jugadores
de mediocampo que tienen los más altos valores y defensores centrales y
arqueros que tienen los valores más bajos (12).
Sin embargo, es probable que la frecuencia
cardíaca medida durante un partido lleve a una sobrestimación del consumo de
oxígeno, ya que que factores como la deshidratación, la hipertermia, y el
estrés mental elevan la frecuencia cardíaca sin afectar al consumo de oxígeno
(13).
Se ha
demostrado que existen tres momentos en los cuales se evidencia la fatiga
durante un partido de fútbol (9).
El
primer momento en que baja la intensidad de los jugadores es durante los 5
minutos posteriores al ejercicio de mayor intensidad del juego. Durante este
periodo la tasa de esfuerzo se vio disminuida comparándola con la media de todo
el partido. Esto podría deberse a mayores pérdidas de PCr muscular principalmente
en fibras de contracción rápida.
En los
momentos más intensos del partidos dónde las acciones explosivas pueden
repetirse en condiciones de incompleta recuperación, es posible que las fibras
FT no posean un tiempo suficiente para resintetizar cantidades de PCr que
permitan mantener elevada la tasa de esfuerzo en sucesivas series de ejercicio(14).
Esta
fatiga temporaria que se da durante el partido podría estar relacionada con alteraciones en la homeostasis
de iones muscular y un deterioro de la excitación del sarcolema.
El
segundo momento en el cual se ha evidenciado una baja en la intensidad del
juego es durante los primeros 15 minutos del segundo tiempo (15). Es probable que la baja de la temperatura
corporal durante el entretiempo afecte la caída de rendimiento durante los
primeros minutos del complemento (14). Un estudio realizado en tapiz rodante
simuló el tiempo de juego de un partido, indicó que el entretiempo influye
negativamente ya que los jugadores no pudieron recuperar la fuerza excéntrica hasta
los valores pre-ejercicio, es decir, no pudieron deshacerse del efecto de la
fatiga impuesto durante la primera mitad. Esto podría aumentar el riesgo de
lesión muscular (16).
El tercer
momento en el que se evidencia perdida del rendimiento es en los últimos 15
minutos del partido. En este período los desplazamientos a grandes intensidades
disminuyen considerablemente con respecto al resto del partido.
El
glucógeno de los músculos en funcionamiento parece ser el substrato más
importante para la producción de energía durante un partido de fútbol.
La reducción de glucógeno muscular observada en las fibras individuales podría debilitar el esfuerzo máximo y por lo tanto
disminuir el rendimiento de velocidad al final del partido, como así puede brindar la idea la idea de que la disponibilidad
hidratos de carbono podría llegar a ser un factor limitante en el
rendimiento(17).
Un
análisis (13) reveló que alrededor de la mitad de las fibras musculares
individuales de ambos tipos casi fue depletada o se depletaron de glucógeno. Esta
reducción fue asociada con una disminución en el rendimiento del sprint después
del partido. Por lo tanto, es posible que tal vaciamiento de glucógeno en
algunas fibras no permita un esfuerzo máximo tanto en los sprints individuales
como repetidos. No obstante, es incierto cuáles mecanismos están detrás de la
posible relación causal entre la concentración de glucógeno muscular y la
fatiga durante el ejercicio intermitente prolongado (13)
Esta pérdida
de rendimiento también ha sido asociada a una hipoglucemia (19), aunque esto
podría ser desestimado ya que para que el glucógeno hepático pueda ser vaciado
en un 75% el ejercicio debería tener una duración de al menos 4 horas (20).
Otros factores tales como la deshidratación y la
hipertermia asociada han sido también sugeridos como agentes responsables en el
desarrollo de la fatiga aguda en el fútbol (18).Una disminución
moderada en el estado de hidratación de los jugadores puede tener un impacto
negativo en el rendimiento (16).
Los
jugadores de mayor nivel competitivo poseen niveles de lactato sanguíneo
significativamente superiores a jugadores de menor nivel durante el juego. Esto,
permite saber que los jugadores cuanto mayor nivel tienen más intenso es el
juego que desarrollan.
En
muestras de sangres tomadas después de partidos de fútbol de elite la
concentración de lactato promedia 3-8 mmol y las determinaciones individuales
exceden a menudo 10 mmol durante un partido. Este último último valor indica
que esa producción de lactato puede ser muy alta durante algunos periodos de un
partido.
Este
análisis de lactato sanguíneo que se realiza durante los partidos, se hace al
finalizar el primer o segundo tiempo. Es decir, es una foto de lo que pudo
haber pasado previo a la medición, y bajo ningún punto de vista esa medición
representa un valor promedio del juego, sino que sólo puede estar asociado al
perfil de esfuerzo previo a la medición.
La
concentración de lactato muscular al igual que el nivel de acidosis generado
durante un partido no están correlacionados con la caída en el rendimiento
durante un test de sprints repetidos (15).
Por
otro lado, la acumulación de potasio también puede reducir la habilidad de
desarrollar fuerza durante y después del ejercicio de alta intensidad durante
un partido de fútbol.
Una
reciente e intensa revisión sobre la fatiga en el fútbol menciona que la acumulación de plasma de K + y las perturbaciones eléctricas
posteriores sobre las estructuras de la membrana del músculo podrían ser
las causas más importantes de la merma en el rendimiento de los futbolistas
(17).
CONCLUSIONES:
1-
La fatiga en el fútbol se da
temporalmente en distintos momentos del partido, especialmente principio del
segundo tiempo y al final del partido.
2-
Es posible que el vaciamiento de
glucógeno en algunas fibras no permita un esfuerzo máximo tanto en los sprints
individuales como repetidos al final del partido.
3-
La fatiga periférica ocurre en el
músculo y ha sido asociada a alteraciones en el proceso de contracción
relajación debido a cambios en las concentraciones de Calcio.
4-
Además de los factores metabólicos, y
debido al gran componente táctico, sería razonable considerar que las variables
situacionales (localización del partido, marcador parcial, nivel del oponente)
pueden influir sobre el rendimiento físico del futbolista.
5-
En los momentos más intensos del
partidos dónde las acciones explosivas pueden repetirse en condiciones de
incompleta recuperación, es posible que las fibras FT no posean un tiempo
suficiente para resintetizar cantidades de PCr que permitan mantener elevada la
tasa de esfuerzo en sucesivas series de ejercicio
6- La
concentración de lactato muscular al igual que el nivel de acidosis generado
durante un partido no están correlacionados con la caída en el rendimiento
durante un test de sprints repetidos (15).
7- Parece
que son múltiples los mecanismos que producen el descenso del rendimiento de
los jugadores de fútbol. La fatiga y la posterior
disminución en el rendimiento durante un partido es un fenómeno complejo con
varios factores que contribuyen.
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