martes, 27 de julio de 2010

Un modelo de entrenamiento en el fútbol desde una visión didáctica


Introducción

En primer lugar vamos a intentar fundamentar el entrenamiento del fútbol, mostrando distintos posicionamientos o perspectivas, permitiéndonos llegar a una conceptuación y consideraciones sobre los conocimientos necesarios para garantizar los procesos más convenientes y adecuados para su efectividad, tanto para los jugadores como para el desarrollo del entrenador. Encontramos en la investigación-acción un procedimiento importante para solventar los problemas de la práctica y mejorar en el conocimiento práctico que permita diseñar y analizar la acción tomando decisiones importantes para los contextos y en la construcción de situaciones de entrenamiento.

Pretendemos justificar la Didáctica del Fútbol como un apoyo importante para reunir conocimientos sobre los procesos de entrenamiento, atendiendo a las finalidades y a los contextos de actuación. Dentro de esta Didáctica nos centraremos en dos focos importantes: primero, en la intervención didáctica en los entrenamientos y en la práctica competitiva, entendiéndola como todo aquello que hace el entrenador para diseñar y desplegar en los procesos que se van a desarrollar con la intención de obtener aprendizajes o mejoras en la práctica del fútbol; segundo, en la formación y desarrollo profesional de los entrenadores, abordando los procesos de capacitación y en las actitudes que deben mostrar para buscar la eficacia y calidad de sus intervenciones, mejorando con ello su práctica.

Otro tema que nos ocupa y que consideramos relevante es el de las teorías de aprendizaje y modelos de entrenador para la práctica del fútbol, sobre todo porque en la transmisión del conocimiento del fútbol va a estar condicionada por todo un conjunto de teorías y creencias, las cuales influyen en la forma de enseñar y de aprender en el fútbol. Estas creencias que rigen determinadas formas de comportarse el entrenador junto con las representaciones mentales que pueda hacerse, configuran una forma peculiar de entrenar y de dirigir los entrenamientos. Por lo tanto, las concepciones y tradiciones que han predominado en el fútbol han marcado unas pautas de entrenamiento que no se acercaba a la realidad del juego y las condiciones contextuales que influyen en él, por ello, abogamos por un aprendizaje más próximo al desarrollo global del juego, comprensivo y significativo. Esto nos lleva a posicionarnos en un entrenamiento del fútbol desde una concepción integral más cognitiva y socio-afectiva a partir de las situaciones de entrenamiento. En este sentido, vamos a dar unas orientaciones para lo que sería una intervención didáctica en el entrenamiento de fútbol.


1. La didáctica del fútbol

Nuestro objetivo en este apartado va a consistir en hacer una aproximación a cerca de la consideración didáctica del entrenamiento del fútbol. Se trata de abordar los procesos del entrenamiento desde una perspectiva de enseñanza que efectúan los entrenadores/educadores para que los jugadores (niños y jóvenes) adquieran aprendizajes significativos mediante la práctica del fútbol que se desarrolla en un determinado contexto sociocultural. Para tal fin sería deseable una preparación y formación de los técnicos o entrenadores de fútbol mediante la cual hayan adquirido unos conocimientos, competencias y actitudes necesarias para intervenir en los contextos de enseñanza y aprendizaje del fútbol.

La Didáctica del fútbol puede convertirse en el cajón de sastre que reúne los conocimientos que integran el fútbol, y además del tratamiento u orientaciones metodológicas que debe darse para efectuar de manera más adecuada los entrenamientos. Por tanto, el conocimiento didáctico del fútbol es esencial para el estudio de los procesos de entrenamiento como enseñanza y aprendizaje, abordando los contenidos y su desarrollo, las actividades más convenientes para los distintos niveles de competencia. En consecuencia, proporcionar teorías sobre el entrenamiento para clarificar posibilidades de intervención para determinados escenarios sociales, en los que el entrenador deberá tomar decisiones para su acción.

En este sentido, la Didáctica del Fútbol ayudará a identificar finalidades, dependiendo del contexto de intervención (iniciación, desarrollo deportivo, alta competición), a establecer modelos o enfoques de enseñanza-aprendizaje, valores intelectuales para que el entrenador pueda tomar decisiones lo más adecuadas para organizar y desarrollar el entrenamiento. Esto llevará, no sólo a diseñar los objetivos, contenidos, metodología y la evaluación del entrenamiento, sino a programar actividades de aprendizaje atendiendo a las condiciones de los contextos socioculturales determinados.

La Didáctica del Fútbol debe conformar un marco teórico de carácter científico, investigador e ideológico del fútbol, estudia la estructura y la dinámica de los procesos de enseñanza y aprendizaje institucionalizados que se dan en el entrenamiento que, considerando la ingente variedad de dimensiones y variables que se manifiestan en ellos, analizan la información obtenida de la práctica, se reflexionan sobre ellos, y se llega a generar conocimientos avanzando, en este sentido, en la construcción de un marco teórico explicativo de los mencionados procesos (Arráez y Romero, 2000). La conformación de un marco teórico, de modelos explicativos y principios de actuación didáctica.

Llegaríamos a un plano eminentemente práctico del fútbol donde se formularían hipótesis de intervención didáctica que, una vez puestas en práctica, posibilitarán contrastar los resultados en contextos concretos, llegando a establecer teorías prácticas o explicativas de los procesos de enseñanza y aprendizaje de este deporte.

Igualmente, aludimos a un plano de actuación profesional, en donde el entrenador o técnico de fútbol desarrolla su práctica profesional, una actividad eminentemente práctica, donde pretende desplegar el desarrollo del entrenamiento (diseño y desarrollo). Aquí se relaciona qué se enseña o qué se desarrolla en el entrenamiento (objetivos y contenidos que se ponen en juego) y cómo se enseña o se desarrolla el entrenamiento (estrategias didácticas) en el ámbito del entrenamiento mediante el fútbol.

Para buscar una mayor comprensión de lo expuesto acerca de la Didáctica en el Fútbol, nos vamos a centrar en las siguientes cuestiones de interés:

1.

El entrenamiento del fútbol como un proceso de intervención didáctica.
2.

La Didáctica del fútbol en la formación y desarrollo profesional de los entrenadores de fútbol.
3.

Teorías de aprendizaje para el entrenamiento del fútbol.
4.

El entrenamiento del fútbol desde una concepción cognitiva y socioafectiva a partir de las situaciones de juego.


1.1. El entrenamiento del fútbol como un proceso de intervención didáctica

En este epígrafe nos vamos a referir a los procesos didácticos del entrenador, intentando buscar algunas explicaciones sobre:

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¿Para qué entrena o lleva a cabo el entrenamiento?: Orientaciones y finalidades del entrenamiento.
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¿A quién entrena? En esta cuestión habrá que considerar las características personales de los jugadores, las condiciones del equipo y en el contexto que se encuentra.
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¿Qué enseña en el entrenamiento?: objetivos y contenidos (físicos, técnico-tácticos, cognitivos y socioafectivos).
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¿Cómo enseña o desarrolla la práctica del entrenamiento? Estamos aludiendo a la metodología del entrenador que desembocará en las actuaciones que pretende desarrollar el aprendizaje.

Como un aspecto aglutinador de los interrogantes que hemos efectuado, nos vamos a centrar en los procesos de intervención didáctica.

Delgado Noguera (1991), identifica la intervención didáctica como un término global en el que se quiere identificar todo lo referente al papel que asume el docente dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje (en nuestro caso sería el entrenador de fútbol). Entendemos el papel importante que juega como profesional del entrenamiento y de su actuación mediadora en la acción que lleva a cabo. Por ello, va a ser crucial la intervención, más o menos responsable respecto a las finalidades y planteamientos que se hacen desde el club o institución deportiva y de la propia ética del entrenador para la previsión y actuación en el entrenamiento.

Si nos ocupamos del entrenamiento como un proceso didáctico, tenemos que ver que el entrenador tiene que tomar una serie de decisiones que estarán muy mediatizadas por el modelo didáctico que impere en él, es decir, por la forma de concebir y de llevar a la práctica el proceso de enseñanza y de aprendizaje del fútbol. Para ello deberá contemplar distintos momentos en los que deberá preparar lo que va a desarrollar; en el momento que actúe tendrá que dinamizar al grupo de jugadores, motivándolos, presentándoles las tareas, organizando el espacio de entrenamiento, gestionando la dinámica y las relaciones sociales, además de efectuar el análisis y valoración (feed-back) de las actividades para facilitar el logro de los objetivos del entrenamientos. Y de todo ello, deberá de analizar y reflexionar que ha supuesto para el aprendizaje o la asimilación de los jugadores y para el desarrollo de su equipo o en la competición.

Nos encontramos con el entrenador que se enfrenta con la práctica y deberá prever una determinada intervención didáctica o mediación en el ámbito del entrenamiento del fútbol. Partimos de la premisa de una determinada cultura del fútbol y en unas condiciones contextuales dadas (jugadores, entorno social, exigencias, etc.) para lo cual deberá saber qué es lo que puede hacer en un determinado contexto a través del entrenamiento, cómo lo podría concretarlo y, además, cómo podría cambiarlo o adaptarlo de una determinada manera en función de la propia realidad que se pueda encontrar. Ahora bien, la práctica del entrenamiento es una realidad compleja y en su configuración intervienen múltiples tareas para su organización y funcionamiento, de interrelaciones y realidades socio-culturales que inciden en su trabajo, para lo cual se necesitarán de unos conocimientos teóricos y prácticos, de unas capacidades, destrezas y actitudes para poder realizar una buena intervención.

Ante esta complejidad del desarrollo del entrenamiento y de su intervención didáctica, nos topamos con problemas en la planificación (plan anual, mensual, semanal de sesiones), en la organización del entrenamiento en cuanto a la disposición espacial y temporal, en la información que facilitan para el desarrollo de las tareas de aprendizaje y en la realización del feed-back para la comprobación de los aprendizajes.

Nos estamos refiriendo a un conocimiento sobre el fútbol y cómo aplicarlo mediante el entrenamiento, es decir, saber transmitirlo o enseñarlo mediante la actuación adecuada. En este sentido la Didáctica del Fútbol intenta buscar conocimientos o teorías que expliquen como se van desarrollando los quehaceres del entrenador en el proceso de entrenamiento en un determinado contexto. Así, el análisis de los procesos de entrenamiento que se realizan en un determinado contexto sociocultural del fútbol (iniciación, desarrollo, perfeccionamiento o rendimiento) y las consecuencias de aprendizaje en los jugadores es el objeto de estudio de esta Didáctica.

Además, tal y como vamos a justificar más adelante, cuáles son las nuevas teorías de lo que es enseñar y aprender el fútbol como un habilidad motora. En ellas veremos que el entrenamiento hay que entenderlo como un acto comunicativo en el que interactúan el entrenador y los jugadores. Para que este acto se lleve a cabo con una buena asimilación y adaptación es necesario que en la intervención didáctica emplear una metodología propicia para su óptima adaptación.

Es más el entrenamiento debe convertirse en un medio de desarrollo apropiado de capacidades, de posibilidades individuales y colectivas de los jugadores de fútbol. Insistimos en la necesidad de generar teorías que ayuden a comprender y a transformar (y a mejorar) los procesos de intervención y comunicación mediante las adaptaciones y el desarrollo apropiado de los jugadores y las condiciones contextuales que se presentan. Para ello, el entrenador debe convertirse en un generador de conocimiento de su propia práctica, siendo capaz de actuar en ella mediante el análisis, la reflexión y la toma de decisión para adaptarse y resolver las situaciones problemáticas que se puedan presentar.


1.2. La didáctica del fútbol en la formación y desarrollo profesional de los entrenadores de fútbol

La Didáctica del fútbol debería ser determinante en la formación inicial de los entrenadores o técnicos de fútbol y en el desarrollo profesional que desplieguen en sus tareas frentes a los equipos. En el primer caso, para que les facilite los conocimientos, actitudes y destrezas básicas y necesarias para afrontar la práctica y sean capaces de generar ambientes de aprendizaje en el fútbol. En el segundo caso, debe entenderse que la propia práctica puede convertirse en una forma de adquirir conocimiento que puede ser útil para aplicarlo y reelaborarlo. En este argumento, el campo de la acción es un diálogo entre la teoría y la práctica. El saber y el actuar se proyectan en la mejora continua de los entrenadores y en la formación o desarrollo de las capacidades de los jugadores mediante la indagación, análisis y la reflexión.

Estamos frente a un entrenador que mediante esta actitud investigativa quiere comprender mejor lo que sucede en el entrenamiento como acto social donde están interactuando un grupo de personas, con unos propósitos comunes y acciones diferentes. De manera que las relaciones entre el entrenador, los jugadores, el contenido de entrenamiento sobre el fútbol y el contexto (realidad social y culturalmente definida donde se desarrolla la acción de entrenamiento), pueden convertirse como situaciones problemáticas, inciertas y singulares que necesitan conocimiento y comprensión para que sean de calidad y productivas. La Didáctica del fútbol deberá proporcionar teorías prácticas que ayuden a resolver estos problemas.

Mombaerts (2000), considera que el entrenador como responsable del desarrollo y de la eficacia del entrenamiento debe conocer y explotar todos los factores que permiten que los entrenamientos resulten todavía más eficaces (jugadores, condiciones materiales, influencia del entorno, modelo del juego y su evolución...). Igualmente, piensa que en los entrenamientos se establecen relaciones complejas entre sistemas tan diversos que su optimización es de importancia esencial para que los entrenamientos resulten eficaces.

El entrenamiento se entiende como un proceso relacional (entrenador-jugador-contenido de entrenamiento) junto con los elementos esenciales de la influencia ejercida por el entorno. Para su eficacia y calidad de estos procesos debe racionalizarse mediante un plan, su puesta en práctica, el análisis y la reflexión posterior, lo que podría convertirse en un proceso metodológico de investigación-acción.

Es el propio entrenador en su condición, talante investigativo y reflexivo, mediante la información que obtiene de los entrenamientos del fútbol y del el análisis que efectúa, busca la interpretación y comprensión de las situaciones que se dan en la práctica.

El entrenador de fútbol deberá dominar un repertorio de destrezas de comunicación y dinamización del grupo de jugadores que aplicará en función de las contingencias del campo de entrenamiento, de la misma manera que tiene que tener capacidad para analizar y reflexionar sobre las decisiones adoptadas, siendo con ello consciente de las razones y consecuencias de su intervención didáctica.

En definitiva, la Didáctica del fútbol como un escenario de indagación y reflexión busca las teorías acerca de los problemas de entrenamiento que están estrechamente contextualizados y ligados a las exigencias concretas y condiciones ambientales, que se focalizan en:

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En el incremento del conocimiento sobre la práctica del entrenamiento en el fútbol. El saber didáctico sobre el entrenamiento del fútbol conforman un conjunto de teorías, conocimientos, métodos, modos de intervención y estilos comunicación del entrenador.
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En la mejora de los jugadores mediante unos aprendizajes que les capacita física, intelectual y socioafectivamente para la práctica del fútbol.
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Un mejor desarrollo profesional de los entrenadores, promoviendo en ellos las actitudes críticas y responsables del entrenamiento, los procesos de indagación y reflexión con el proceso que llevan a cabo, implicándoles en el compromiso en la mejora de los entrenamientos y en la consolidación del saber sobre el fútbol


2. Teorías de aprendizaje y modelos de entrenador para el entrenamiento del fútbol

El avance sobre el conocimiento del entrenamiento del fútbol va a la par con el de la ciencia. La preocupación de las Ciencias del Deporte y las Ciencias Pedagógicas han convergido en una mejora de la enseñanza y de los procesos de aprendizaje del fútbol a partir del estudio de diversos problemas, originando diversas teorías que ayudan a comprender cómo debe enfocarse el aprendizaje del fútbol. Es obvio, como plantea Wein (1999), nada es permanente, con excepción del cambio. Las influencias sociales, el saber y los avances en el conocimiento empujan a estar al día y no desdeñar aquello que puede ayudarnos a mejorar las acciones que desarrollamos. El fútbol, como un proceso de enseñanza y aprendizaje, no es ajeno a los avances en los modelos y teorías que se han ido desarrollando en aquellas ciencias que estudian la enseñanza del deporte a nivel general y, en particular, el propio del fútbol.

El propio Wein estima que, lo que hoy es válido en el fútbol, mañana puede resultar ya superado o anticuado. En este sentido apunta que se debe seguir en el camino de la construcción y la revisión permanente para poder garantizar el éxito en la tarea. El entrenador de fútbol debe tener una mentalidad abierta, ser receptivo y procurar adaptarse a las nuevas exigencias y evolucionar sin pausa para no quedarse atrás. La propia dinámica del fútbol, en cuanto a su desarrollo y exigencias evoluciona, y el entrenador no puede mirar de soslayo esta realidad.

El entrenador, dentro de su responsabilidad y autonomía de acción, debe procurar ser creativo y no reproducir modelos arcaicos y obsoletos, muy alejados ya de la propia realidad del juego, proponiendo situaciones de aprendizaje que sean significativas para los jugadores y para la adquisición de las habilidades para poder jugar al fútbol.

Obviamente, hay que ser respetuoso con teorías y modelos que se han desarrollado, puesto que han sido la base para poder llegar a las nuevas teorías y modelos de aprendizaje en el fútbol.

El modelo son aquellas ideas o representaciones que los entrenadores tienen y que las consideran como pautas adecuadas para diseñar y realizar el entrenamiento o la enseñanza del fútbol, que tienden a seguirse y a reproducirse.

Si atendemos a las pautas de actuación en la enseñanza y el entrenamiento del fútbol, podríamos decir que "cada maestrillo tiene su librillo", refiriéndonos a que cada entrenador suele tener una forma de trabajo. Dados los contextos y las circunstancias que cada entrenador se pueda encontrar, atendiendo a la diversidad de procedimientos y orientaciones que hay para desarrollar las cualidades físicas y habilidades técnico-tácticas, los avances que se han producido para mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje, los nuevos modelos de entrenamiento en el fútbol, etc., llevan a una vorágine en cuanto a formas de concretar y de llevar a cabo el entrenamiento. Estamos ante una cierta confusión de cómo podríamos desarrollar el entrenamiento para que sea efectivo a nuestro intereses.

Para complicar más las cosas, nos vemos en un enfrentamiento dialéctico entre el entrenamiento que se suelen hacer en muchos de los equipos de la alta competición y aquellos que tiene un mayor apoyo en la Didáctica y en las Ciencias del Deporte. Así que, en algunos casos, la enseñanza o el entrenamiento del fútbol responde a concepciones que se acercan más a las ideas tradicionales del fútbol y, en otras, las concepciones se acercan más a los procesos didácticos.

Tradicionalmente, prevalecía la idea de que primero se debe aprender la técnica de forma aislada y repetitiva, para luego aprender situaciones tácticas. Este método de aprendizaje orientado de lo aislado a lo complejo, se basaba en el aprendizaje sin error y el comportamiento del juego está formado por la suma y acumulación de componentes físicos, técnicos, tácticos y psíquicos sueltos. De la misma manera, Brüggemann y Albrecht (1993) arguyen que durante mucho tiempo era una opinión establecida.

Los entrenadores, influenciados por las teorías conductistas y mecanicistas de aprendizaje motor que han imperado en el entrenamiento deportivo, planteaban entrenamientos analíticos y parciales. Así, se presentaban ejercicios para el desarrollo de la técnica individual (control, conducción, golpeo, regate, entrada, despeje,...), mucha preparación física basada en métodos y sistemas de entrenamiento de probado rendimiento en deportes individuales (carreras, saltos, lanzamientos); la táctica, mediante unos partiditos en el entrenamiento y las charlas prepartido, que además servirían de preparación psicológica, deberían ser suficientes para que los jugadores tuvieran una buena capacidad de rendimiento y de poder encontrar respuestas adaptativas a los problemas que pudiesen surgir en el desarrollo del juego derivados de la oposición (contra los adversarios) y de cooperación (con los compañeros). Igualmente, las charlas postpartido valían tanto para las correcciones tácticas como para los ajustes de comportamiento individual y colectivo (motivación, cohesión, etc.).
En definitiva, a la hora de competir, se pretendía que el jugador respondiera como un todo (la suma de las partes) aunque en el entrenamiento se hubiera efectuado de una manera simplificada (Romero Cerezo, 2000).

Considerando al estudio de Romero y Vegas (2002), sobre las teorías que sustentan a los distintos tipos de entrenadores, nos encontramos ante el entrenador tradicional que se desenvolvía en la teoría dependiente y el entrenador como un ejecutor técnico que se movía bajo la teoría productiva.

Entrenador Tradicional (Teoría dependiente). Es aquel que concibe el entrenamiento como una actividad guiada y dirigida por él, donde los pensamientos de los alumnos (jugadores) no tienen cabida, y donde todos han de seguir un mismo ritmo de aprendizaje, por lo tanto no atienden a los distintos niveles de aprendizaje que puedan presentarse. Principalmente se caracteriza:

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Los jugadores son concebidos como personas totalmente dependientes del entrenador, de forma que si éste no enseña, ellos no aprenden.
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La postura del entrenador es distante y autoritaria.
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Piensa que el fútbol es un fin en si mismo, y no lo interpreta como un medio al servicio de otros fines, como pueden ser la educación, etc.

Entrenador como un ejecutor Técnico (Teoría productiva). Es aquel entrenador que se centra, por encima de todo, en la eficacia del entrenamiento. Podríamos decir que es un entrenador centrado en el rendimiento, por lo cual le presta gran atención a los resultados, a la adquisición de técnicas eficaces por parte del alumno. Se ocupa, por tanto:

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En la ejecución correcta de las distintas habilidades por parte de los alumnos.
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Para este entrenador, los resultados son acogidos como un mecanismo de evaluación del entrenamiento y la enseñanza que se está dando en él.

Nos encontramos que estos modelos de entrenador que se centraba principalmente toda la atención en el mecanismo de ejecución, en donde lo importante es hacer. Se buscaba esquemas de acción rígidos y estereotipados que serían los que servirían para luego aplicarlos a la competición. Para ello, el entrenador debería emplear la demostración y repetición porque de esta manera conseguirían ciertas habilidades técnico-tácticas del fútbol que servirían como modelos de ejecución. Además, suele dar constantemente instrucciones a sus jugadores sobre qué hacer, cómo y cuándo, sin saber que,.. (Wein, 1999, p. 302). Lo malo que actuar sin pensar, en muchas ocasiones, es sinónimo de irreflexión, desconocimiento, improvisación, falta de implicación y por supuesto de protagonismo. Jugadores totalmente dependientes de su entrenador. Jugadores que "no piensan", están esperando las indicaciones del entrenador para actuar.

Pero es más, tal y como vamos a ver, el fútbol requiere de un conocimiento para poder percibir e interpretar las condiciones que se dan en el entorno (compañeros, adversario y balón). La falta de conocimiento dará una mayor incertidumbre a los jugadores y no podrán actuar con eficacia en las situaciones de juego.

En la actualidad se ha sustituido el enfoque conductista por el llamado cognitivo, lo que ha supuesto un cambio en la concepción del entrenamiento. En un primer momento se empieza a concebir que el resultado del entrenamiento vaya a algo más que la pura repetición mecánica y automatización de gestos, donde lo más importante no era pensar, sino actuar, dejando de lado aspectos cognitivos y motivacionales. Por el contrario esta nueva teoría considera los procesos cognitivos de los alumnos-jugadores durante el desarrollo de la práctica, Así en los procesos de entrenamiento se busca los significados que éstos tiene para los jugadores, siendo importantes las percepciones e interpretaciones de que ellos puedan hacer.

En un primer momento, el aprendiz es considerado como un procesador de la información y de autorregulador de sus acciones motrices (Ruiz, 1994; Ruiz y Sánchez, 1997). El sujeto en función de la información que percibe y analiza, planifica y toma decisiones para llevarlas a cabo. Estas cuestiones son de gran importancia para el fútbol, nos encontramos que el fútbol es una habilidad abierta y eminentemente perceptiva, por lo que no habrá que considerar no sólo el mecanismo de ejecución, sino el mecanismo de percepción y el mecanismo de decisión, siendo los tres de gran importancia para el aprendizaje y el desarrollo del juego del fútbol.

Los planteamientos cognitivos y constructivistas se centra en un aprendizaje experiencial, que tiene lugar a través de la interacción participativa que se produce en el entrenamiento. El aprendizaje debe entenderse como un proceso de adquisición de conocimiento mediante la transformación de la experiencia. La combinación y el ajuste entre la intención del entrenamiento, las posibilidades de desarrollo motor, la disposición para el aprendizaje, la acción participativa y continuada en experiencias de entrenamiento, deben propiciar el desarrollo de capacidades y competencias para la práctica y el desenvolvimiento en el fútbol.

El fútbol es un deporte muy complejo dónde el nivel de incertidumbre es muy elevado (adversarios, compañeros, muchas posibilidades de actuación cada uno....).Si además considerando los distintos acontecimientos y situaciones de juego que se dan en su desarrollo, requiere que los jugadores deban estar percibiendo e interpretado el entorno para poder decidir y ejecutar correctamente. Dándose un cierto nivel de incertidumbre por la variabilidad de situaciones y acciones (dinámicas, variables y a veces irrepetibles), para ello surge la necesidad de obtener información del entorno, en función de ella se decide: intentando racionalizar la participación y se efectuará la ejecución (toda acción en el juego es una decisión). Para lo cual se necesita de una inteligencia para resolver las situaciones complejas del juego.

Un jugador acostumbrado a obedecer las órdenes de su entrenador o a ejecutar los ejercicios sin reflexionar sobre los mismos tendrá más o menos posibilidades de someterse a altos niveles de incertidumbre. El entrenamiento tiene que preocuparse de capacitar al jugador para tratar con diferentes grados de incertidumbre, y considerar la optimización del aprendizaje como un proceso global de solución de problemas motrices, es decir de dominio y aplicación inteligente de lo aprendido (Ruiz y Sánchez, 1997: 57).

Es importante habituar a los jugadores a que interpreten y comprendan el juego del fútbol ("cómo leen el juego") mediante la implicación en su análisis a partir de los conocimientos que ellos tienen. Para poder optimizar los aprendizajes, hay que entender los procesos del fútbol como complejos en su dominio y aplicación, para lo cual habrá que buscar su comprensión y no únicamente como la repetición mecánica de gestos técnicos y acciones tácticas. Con demasiada frecuencia damos a los niños soluciones para recordar, en vez de problemas para resolver (Wein, 1999: 302). Cuando damos la información sobre las actividades de aprendizaje, ¿queremos que sean puros asimiladores de la información y reproductores fieles del modelo de aprendizaje que le damos?; o por el contrario, ¿queremos que sean ellos los que interpreten la información y busquen por si mismo la manera de resolver el problema motor? Nosotros somos de la opinión que una vez que se ha presentado un problema de juego del fútbol para ser aprendido, deben ser los jugadores los verdaderos protagonistas en resolverlo.El jugador aprende cuando es capaz de analizar, decidir y actuar de manera reflexiva: capacidad de actuar y responder a sus percepciones

Si consideramos esta interacción que se produce entre el entrenador, los jugadores y el contenido fútbol en el entrenamiento, podemos decir:

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El fútbol como un deporte en el que se presentan una serie de situaciones de juego que se tienen que solventar, es considerando eminentemente táctico y requiere de una inteligencia para poder ejecutar las acciones técnico-tácticas apoyadas en los esfuerzos físicos.
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Los jugadores como agentes activos o protagonistas de sus propios aprendizajes. El proceso de aprendizaje no debe entenderse como una recepción pasiva de conocimiento y de desarrollo de habilidades, sino como un proceso activo de elaboración por parte del sujeto. El aprendiz va construyendo su conocimiento y va desarrollando su habilidad para jugar al fútbol atendiendo a sus propias estructuras mentales y a la adquisición de sus competencias motoras. Se parte de aquellas capacidades, habilidades y conocimientos que ya tiene para ir instaurando aquellos que son nuevos y conforma la cultura del fútbol.
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El entrenador como transmisor del conocimiento del fútbol es un mediador, estimulador y facilitador del aprendizaje del fútbol a sus jugadores. Debe propiciar experiencias que no sólo desarrollen las capacidades técnico-tácticas además las capacidades cognitivas y socioafectivas. Para ello deberá presentar actividades que desarrollen los procesos de percepción, análisis y toma de decisiones mediante situaciones problemas cercanos al desarrollo del juego del fútbol y de las características de los jugadores.

Propugnamos un entrenamiento del fútbol más cognitivo, en el que se asume que las acciones que debe efectuar los jugadores de fútbol son en su mayoría de deliberadas y que como personas, no sólo reaccionan a los acontecimientos y situaciones de juego, sino que analizan y deciden sobre la situación y actúan de un modo reflexivo. Son capaces de elegir y tienen capacidad de actuar y de resolver según sus percepciones y las aspiraciones que se plantean en ese momento. Además, debemos considerar lo afectivo y lo social de los jugadores, las creencias, el pensamiento y los sentimientos afectan al comportamiento y al aprendizaje, de ahí que se consideren de gran interés la predisposición y el protagonismo en la experiencia, como las interacciones y aceptaciones sociales, conformándose como aspectos de gran calado a la hora de aprender.

Mediante la enseñanza del fútbol desde una perspectiva más cognitiva o constructivista, debemos crear un clima social adecuado para que los jugadores puedan responder según sus experiencias y vivencias, teniendo en cuenta la idisiosincracia y el contexto de donde se produce el entrenamiento

En consecuencia, nos encontramos que el fútbol presenta unas características eminentemente cognitivas que, para su aprendizaje debemos plantear situaciones en donde los jugadores se encuentren como protagonistas en la construcción significativa de las acciones que están ejecutando, sabiendo lo que están haciendo y con una implicación afectiva y social importante. El ambiente social de aprendizaje que se propicia es consecuencia de una equilibrada interacción entre los jugadores y el entrenador el contenido del fútbol, donde los primeros, como protagonistas propios de sus aprendizajes, procesan la información y van resolviendo las situaciones problemáticas, y los segundos media y facilitan los procesos de cognición compartida.

Los modelos de entrenador que subyacen en estas teorías procesuales, experienciales y cognitivas son:

Entrenador práctico-procesual (teoría expresiva). Se centra fundamentalmente en la práctica, siendo su preocupación al entenderla como sustancial en el desarrollo de los jugadores:

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El punto de referencia primordial de este modelo de entrenador es la situación real de juego, de forma que la mayoría de las actividades que realiza las encamina a ello.
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Busca, por encima de todo, la práctica de los jugadores, actividades en las que estén ocupados durante toda la sesión de entrenamiento.

Entrenador constructivo (teoría constructiva). Intenta satisfacer las necesidades del alumnado, atendiendo a sus recursos y posibilidades de desarrollo cognitivos y socioafectivo:

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Es un entrenador centrado en el alumno, en el jugador.
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Es un entrenador con motivaciones hacia los procesos, y no hacia los resultados, por lo que intenta dar explicaciones de todo lo que se hace, porqué y con que finalidad se plantea determinadas prácticas.

Entrenador sociocrítico (teoría sociocrítica). Es aquel modelo de entrenador que intenta cambiar la realidad del entrenamiento del fútbol y el estado en que se encuentra:

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Le da más importancia a los efectos del fútbol como medio de educación, desarrollo, etc., que como deporte en sí mismo.
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Pretende, a través de los objetivos que se plantea, que el entrenamiento que oferta a sus alumnos, sea una enseñanza encaminada hacia la emancipación del sistema actual.


3. El entrenamiento del fútbol desde una concepción cognitiva y socioafectiva a partir de las situaciones de juego

Partiendo de argumentos de Pino (1999) y de Ardá y Casal (2003), consideramos que para poder enseñar el contenido fútbol se debe partir, por un lado, del conocimiento sobre cuáles son sus características, finalidades y objetivos, es decir es necesario conocer el juego, lo que nos llevaría a una estructura de prestación para el desarrollo del fútbol. Por otro, conocer a los practicantes, lo que tendríamos que determinar cuáles son las características de los jugadores capacidades y habilidades en cada momento de desarrollo y posibilidades de aprendizaje. En ambos casos, tanto la estructura del fútbol como las características de los jugadores van a estar determinados por el nivel de desarrollo y de adaptación a cada momento evolutivo. Sin la comprensión de estos aspectos puede caer en saco roto y no tendría una utilidad como orientación para poder diseñar y enfocar una determinada metodología de entrenamiento.

Bajo esta perspectiva, la Didáctica del fútbol tendría una preocupación de diseñar tareas de entrenamiento, atendiendo a unos objetivos de cada fase o momento evolutivo de los jugadores y bajo una perspectiva metodológica basada en la estructura y características del fútbol.
El fútbol como deporte de equipo: ¿qué es y en qué condiciones se desarrolla? El fútbol es considerado como un deporte eminentemente perceptivo, en el desarrollo del juego los jugadores se encuentran mediatizados por los cambios que se producen en el entorno, como los compañeros, los adversarios y el balón. Se requiere de una habilidad abierta o de regulación externa. Para poder desenvolverse, es necesario una adaptación y regulación a factores externos, mediante la información periférica o visual e interactuando mediante la cooperación y oposición de manera congruente con las distintas fases del juego (ataque/defensa), de acuerdo a los respectivos objetivos respecto a la posesión o no del balón. Además debemos considerar la incertidumbre que se origina por la interacción entre los compañeros y adversarios (dependiendo de la posesión o no del balón), Hernández Moreno (1994) añade la situación en el espacio de juego de los equipos y la forma de participación sobre el móvil o balón.

Atendiendo a su estructura podemos definir el fútbol como: "Un deporte colectivo donde se produce una interacción motriz en un contexto y en unas condiciones dadas entre los participantes, como consecuencia de la presencia de compañeros y adversarios, utilizándose un espacio común (estandarizado y sin incertidumbre) y con una participación simultánea mediante una cooperación/oposición y con unos objetivos o metas a alcanzar".
El fútbol como deporte de equipo presenta una complejidad organizada con relaciones selectivas entre los elementos que intervienen en su contexto. Los sistemas complejos no sólo deben adaptarse a su entorno sino también a su propia complejidad. La incertidumbre que origina en las relaciones de estos elementos, obliga a desarrollar en los jugadores la capacidad de adaptación y readaptación a la variabilidad de situaciones efímeras que se dan en las secuencias y acontecimientos del fútbol (cambios constantes de acciones, mientras aparecen unas nuevas a la vez desaparecen otras), pero el jugador deberá tener la capacidad de captar la información relevante para los acontecimientos que se van dando, poder analizar e intervenir en ellos.

Por consiguiente la complejidad en el fútbol implica:

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Incertidumbre, indeterminación. La relación e interacción individual, grupal y de equipo en las acciones de juego. También aparece un componente de azar que es difícil controlar y predecir
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Sucesión de acciones efímeras. No se mantiene la misma acción: dinámica y variables.
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Necesidad de obtener información del entorno para poder organizarse y poder intervenir con acierto (predicción y control)
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En función de ella se decide: intentando racionalizar la participación individual, grupal y colectiva en función de los objetivos requeridos en el momento
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Ejecución: toda acción en el juego es una decisión y una apuesta que hace el jugador .
En la actualidad, existen distintas teorías acerca del entrenamiento y la enseñanza de los deportes colectivos, planteándose diversos modelos sobre cómo debe abordarse estos deportes y por ende el fútbol. La inclinación que tienen, a partir de un análisis del juego y de su estructura, es la de plantear la enseñanza o el entrenamiento de manera más global, con una dimensión más compleja y más próxima a la realidad del juego y a las condiciones que se dan en la competición. El proceso debe partir del análisis del juego, de definir los problemas que se les presentan al jugador y al equipo en cada momento.

Frente a la preocupación tradicional por la preparación física y técnica para poder llegar a la táctica (subordinación de ésta a los otros factores), surge una preocupación por:

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La realidad del juego de fútbol: lo físico, lo técnico y lo psicosocial en el contexto táctico (subordinando todos los factores a lo táctico)
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Se basa en la inteligencia de juego: necesidad de su comprensión y resolución de las situaciones-problema (adaptación)

Con anterioridad, Romero Cerezo (2000), apuntalamos con respecto a este planteamiento, que se tendrá que efectuar el diseño de tareas o actividades de entrenamiento que vayan dirigidas a desarrollar todos los factores y mecanismos que se requieren para el desarrollo de juego, que sean más específicas y similares a lo que se efectúa en la competición. Asistimos, por tanto, a un planteamiento metodológico en el que los entrenamientos, basados en el comportamiento de juego, deberán ser más integrales y menos analíticos. Además, los factores técnicos, tácticos, físicos y psíquicos aparecen con características diferentes pero siempre juntas e interrelacionados.

Si el jugador durante la competición de fútbol se implica en la acción de juego física, técnica, táctica, psico y socialmente, es lógico que el entrenamiento debe ser lo más perecido posible al juego del fútbol, abarcando todos estos aspectos, buscando una interdependencia e influencia mutua entre estos contenidos del entrenamiento, influyendo en el aumento del rendimiento de los jugadores.

Por ello, Bangsbo (1997) considera que el jugador ideal de fútbol debe tener una buena comprensión táctica, ser técnicamente hábil, mentalmente fuerte, funcionar bien socialmente dentro del equipo y tener una elevada capacidad física (pág. 57).

La capacidad de rendimiento en el fútbol, como consecuencia del desarrollo de capacidades, se logra mediante un proceso complejo como es el entrenamiento, atendiendo a las características personales de los deportistas y de las condiciones ambientales que se dan. Inciden distintos factores o condiciones que propician la capacidad de rendimiento eficaz en el fútbol (condiciones básicas, habilidades técnico/tácticas, condiciones motoras, cualidades personales y sociales). Estos factores tienen una interdependencia, interactuando entre sí, logrando influir en el rendimiento de los jugadores. Igualmente, Brüggemann y Albrecht (1993), orientan sobre el entrenamiento integral, fundamentado en la conexión del jugador con el entorno real del juego, y en la aplicación metódica de determinadas reglas de juego para provocar de forma selectiva distintas capacidades técnicas, medios tácticos y formas de comportamiento o también capacidades de condición física dentro de la organización fija del juego del equipo (pág. 17).


4. Una propuesta para la intervención didáctica más cognitiva en el fútbol

Atendiendo a lo expuesto hasta ahora, las teorías cognitivas de aprendizaje, nos llevan a enfocar los entrenamientos mediante formas más holísticas, que involucren todos los factores que inciden en el rendimiento (técnico, táctico, físico, personal y social), donde se den situaciones problema en enfrentamiento dinámico de cooperación/oposición. Debemos buscar o usar estrategias de aprendizaje para que los jugadores sean capaces de encontrar respuestas adaptadas a los problemas que se originan de la práctica de juego mediante situaciones de cooperación/oposición. De esta manera, plantear situaciones-problema mediante juegos colectivos, debe constituir la base del entrenamiento, mediante las orientaciones oportunas determinadas por los objetivos establecidos. Mediante la la intervención didáctica del entrenador, deberá facilitar situaciones en las que los jugadores puedan encontrar las posibilidades de actuación e implicación en las actividades propuestas y los correspondientes aprendizajes satisfactorios, motivantes y cercanos a sus intereses, atendiendo a los valores y propósitos trazados a través de la práctica del fútbol.

La propuesta de intervención didáctica que promulgamos para que el aprendizaje del fútbol sea más cognitivo y significativo se basa en:

1º. El jugador como agente activo debe ser protagonista de sus aprendizajes, para lo cual a partir del propósito de la tarea no sólo es capaz de ejecutarla, sino de decidir cómo y para qué la hace (autonomía y responsabilidad), mostrando su creatividad. El jugador tendrá que asumir la responsabilidad de tomar decisiones, el entrenador, en este caso, hace que el jugador encuentre la respuesta mediante su ayuda y mediante la reflexión.

2º. El aprendizaje debe partir de lo que los jugadores conocen y son capaces de hacer (aprendizaje previo, capacidades y posibilidades) y se debe instaurar aprendizajes nuevos que sean alcanzables y contrastables por ellos. Cada jugador posee una predisposición individual de moverse y adaptarse a las situaciones planteadas por el entrenador, en función de la cual intenta resolver la situación a su manera. En algunos casos, se podría alejar de su conveniencia al objetivo a la resolución de la situación planteada, para tal fin lo que tendríamos que hacerle comprender mediante la reflexión, cuál podría ser la contribución que podría hacer al juego del equipo y a la resolución de la situación problemática planteada, dejando que él de la solución, en todo caso, habría que ayudarle a encontrarla. En el supuesto caso que algunos de los jugadores no sean capaces de resolverla nos puede indicar que la tarea planteada no era la más adecuada por cualquiera de los siguientes motivos:

*La situación planteada está muy por encima de su nivel de conocimiento o no ha comprendido la situación tal y como se la han planteado. Habría que considerar la edad, el grado de conocimiento y de experiencia previa que tiene el jugador sobre la tarea. El entrenador debe propiciar situaciones donde el jugador pueda indagar, buscar aquellas acciones de juego que el jugador pueda llegar a resolver.

*El nivel físico o técnico no es el adecuado para tener la capacidad de realizarlo con las exigencias y con la rapidez requerida. Habría que modificar el juego o la tarea para que el jugador pueda implicarse en su realización.

*El jugador se aburre, muestra apatía y desgana por implicarse en la tarea, ¿qué ocurre?:

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La actividad propuesta es demasiado estereotipada de acción muy rígida y el jugador no lo está pasando bien. Habría que buscar situaciones más lúdicas, más cercanas a los intereses y a la motivación de los jugadores, hay que huir de planteamientos excesivamente rígidos, de instrucción uniforme. Esto no sólo provocaría el desinterés por la práctica del fútbol y el abandono del mismo fútbol. En muchas ocasiones el niño practica el fútbol por entretenimiento y el placer que encuentra en la actividad que realiza, porque se lo pasa bien.

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Habría que aproximar el fútbol a despertar el interés del niño, para lo cual debe suponer un determinado reto, implicación y esfuerzo. Los niños quieren demostrar su nivel de competencia alcanzado, por eso en muchas ocasiones se esfuerzan en conseguir determinadas metas, aunque le cueste esfuerzo en conseguirlo. Por ello, el entrenador debe propiciar situaciones donde los jugadores muestren sus habilidades técnico-tácticas y sus eficacias para jugar al fútbol, el grado de satisfacción que pueden lograr es un aval importante para poder continuar en la progresión de los aprendizajes. Además, seria buena que aprobara y alabara los logros alcanzados por los jugadores (refuerzos o recompensas a los esfuerzos).

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Es posible que el entrenador no esté propiciando unas buenas relaciones sociales, en donde los jugadores tengan la necesidad de jugar juntos y de relacionarse con otros. El entrenador deberá buscar buenos ambientes en los entrenamientos, en un principio el niño accede al mundo del fútbol por la necesidad de estar con sus amigos y de conocer otros nuevos, en este sentido habrá que cuidar las actitudes y comportamientos que desarrolla. El niño tiene una necesidad de afiliación, de establecer relaciones con otros y ganarse la aprobación de los demás.