jueves, 12 de agosto de 2010

LAS PRESIONES DEL DT DE FUTBOL

Ser entrenador de un equipo de fútbol de alto rendimiento es una tarea apasionante, compleja, estresante y también a veces, enigmática.
Quien elige esta profesión se expone a muchas alternativas oscilantes entre la angustia desesperante y la explosión repentina en forma de descarga catártica positiva.

Podemos afirmar que el equilibrio emocional debe ser una de las virtudes principales de un entrenador. Los entrenadores más exitosos muestran algunos denominadores comunes.Justamente equilibrio emocional, buena comunicación, liderazgo natural, paternalismo con límites en referencia a sus jugadores, capacidad para motivar y obviamente capacidad técnico-táctica son sin dudas ingredientes indispensables para tener éxito.

Otra cualidad necesaria que debe poseer un Entrenador es su predisposición para trabajar en equipo. Esto implica la conciencia de la importancia del trabajo multidisciplinario y paralelamente la virtud de saber comandarlo en forma de coaching, es decir, dándoles espacios a todos para que todos los colaboradores se sientan "accionistas" del producto final.

Hay entrenadores que sin maldad conciente, se tornan demasiado expansivos en su YO inconciente y opacan las tareas de los colaboradores. Esto tarde o temprano se vuelve en su contra, ya que también inconscientemente los demás "devuelven" esta especie de injusticia operativa de diversas maneras, también inconscientes.

Además de la Planificación, son recomendables las reuniones semanales multidisciplinarias en donde el DT lidera los temas a abordar y en donde todos sin excepción participan (todos aquellos que tienen contacto con los jugadores, desde el DT al utilero).El objetivo es hablar del rendimiento, de planificar y, de corregir, y de actualizar todo lo concerniente al equipo.

Se anticipa el tiempo de exposición de cada integrante y se registra todo. A mediano y largo plazo automatizar este funcionamiento prepara y facilita la preparación para desafíos cada vez más complejos y apasionantes.

Más allá de estas alternativas de trabajo, el DT no escapa a las presiones. Desde la dirigencia, el publico, la hinchada, los propios jugadores, los demás DT, la familia y la auto presión. Sin descartar el apoyo psicológico individual y reservado, el DT también puede compartir las presiones con el psicólogo del equipo si es que cuenta con uno en su C. técnico obviamente. El simple hecho de compartir la presión en cierta forma la disminuye. Se exorciza el miedo y se lo lastima. El DT debe saber que en la mayoría de los momentos piense, siente, y se desarrolla en forma solitaria, aunque tenga un excelente grupo de colaboradores. Esta soledad sin embargo, tiene sus costos y sus beneficios, ya que la toma de decisiones se concentra siempre del DT aunque otros hayan participado de las mismas. De este modo nadie sufrirá como él, pero nadie disfrutará como él.

En definitiva y para culminar estas breves reflexiones podemos decir que las presiones forman parte del quehacer del DT, pero el orden, la planificación, el liderazgo, y el coaching, las combaten enormemente. Incluso podemos afirmar que seguramente no haya DT en el mundo que no goce, simultáneamente, con dicha presión. El riesgo, los desafíos, las metas difíciles, forman parte del horizonte del DT. Sin dudas, una profesión apasionante dentro de un deporte sin igual.

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