domingo, 17 de julio de 2011

Argentina no para de perder prestigio


La verdad es que en los últimos años Argentina perdió prestigio, que salvo Messi los buenos no lo son tanto, que no hay equipo. Que falta trabajo, táctica, intensidad en los minutos de gloria o llanto, lucidez para enderezar un proyecto que de a ratos parece contradictorio...

La repetición de la mentira la convirtió -para algunos- en verdad. Se pensó que la Selección tiene a los mejores futbolistas del mundo. Que alcanza con patear por el barrio, usar un talco milagroso, juntar enanos, lustrar la chapa de un apellido inmenso como jugador o repetir palabras floridas sobre el Barcelona. La verdad es que en los últimos años Argentina perdió prestigio, que salvo Messi los buenos no lo son tanto, que no hay equipo. Que falta trabajo, táctica, intensidad en los minutos de gloria o llanto, lucidez para enderezar un proyecto que de a ratos parece contradictorio... No se pensaba que Argentina iba a ganar la Copa América con los ojos cerrados, aunque jamás se imaginó que sólo se le iba a ganar al Sub 22 de Costa Rica. Hay que dejar de hablar del Barsa y reconstruir la Selección. Ya parece de masoquistas salir en la foto derrotados aun cuando el mejor del mundo está de tu lado.

El objetivo es el Mundial 2014, volver a estar entre los cuatro primeros, esa prioridad no se altera. Ya pasó de ganar dos Copas América y después volver con las piernas cortadas. Por eso el problema no es perder sino el modo de hacerlo. Argentina fue superada tácticamente por Bolivia (le encimó las líneas achicando en tres cuartos) y por Colombia (su 4-1-4-1 le cortó las piernas a Messi). Batista falló, porque aun cuando al cambiar el equipo mejoró, el volantazo delató su error inicial. Tevez lo alteró en la previa (por el pedido popular y mediático) y le alteró el equipo después. Se podría decir que la casualidad de que Tevez haya pateado el penal de la eliminación fue una parábola perfecta de la situación... No es una atribución periodística pedir que se cambie a Batista. Sí es una obligación reclamar que el Checho cambie.

No faltó ningún jugador de los que cambian la historia, pero conceptualmente, como se marcó antes, careció de altura para cabecear y algún volante distinto. Habrá que buscar, además de laterales, defensores con juego aéreo (Milito tuvo su peor paso por la Selección), medios que sin ser carrileros correcaminos pasen la línea, un trabajo que permita acompañar mejor a Messi. Su problema no es que no cante el himno sino que no tenga un equipo. Y basta con que Diego lo hacía igual, rodeado por cualquiera. Messi no es Maradona, pero igual se sienta a la mesa de los 4 ó 5 peces gordos.

La derrota, por supuesto, no convierte a este plantel en descartable. Sólo que en vez de ratificar la idea, pide una revisión general. Ya cansan las caras de velorio, que para Grondona todo pase y nunca pase nada.


FUENTE: ole.com

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